De esa capacidad FV se estima que 7 GW deben provenir de la generación descentralizada y 1,3 GW de sistemas de generación distribuida. Actualmente, hay contratada alrededor de 2,6 GW de capacidad fotovoltaica a través de las subastas del gobierno, con los proyectos previstos de entrar en funcionamiento en 2017 y 2018.
Para la eólica el Plan prevé que en 2024 habrá 18,9 GW de nueva instalación (actualmente la capacidad instalada supera los 8 GW), distribuidos en el noreste y el sur del país. La mayor parte de esta energía, unos 10,9 GW, se espera que sea instalada en los primeros cinco años del horizonte de diez años. Los estados del noreste sumarán la mayor cantidad de capacidad instalada, 9,3 GW; para el sur se planea instalar 1,3 GW.
Si se suman todas las renovables contempladas en el Plan, excluida las grandes hidroeléctricas, esto es biomasa, pequeñas centrales hidroeléctricas, eólica y fotovoltaica, el estimado a alcanzar en 2024 es superior a los 56,4 GW, es decir un 27,3% de la capacidad instalada total prevista para ese año. De hecho, se espera que estas sean las fuentes que, con diferencia respecto de las convencionales e incluso de la hidroeléctrica, más incrementen su presencia en la matriz energética.