Respecto a esta esperada nueva corriente de inversiones, dijo que “renovará la competitividad en Brasil, lo que mejorará la relación del precio del etanol y la gasolina", en referencia al actual elevado valor del etanol en los surtidores de casi todo el país, y que ha provocado que empresarios de plantas productoras del biocombustible a partir de caña de azúcar se quejen de que los costos no sean competitivos en comparación con la nafta, cuyos precios no han sufrido reajustes a pie de surtidor.
Rousseff adjudicó a la crisis crediticia de 2010 el congelamiento de inversiones en el sector del etanol, pese a los planes de expansión previstos; esto derivó en bajo rendimiento en la cosecha de caña de azúcar e impactó a su vez en la producción del etanol.
Aunque no dio detalles sobre el modo en que se dará esta recuperación de las inversiones, dijo que la asignación de fondos federales para el sector agrícola este año ha sido de aproximadamente 80 mil millones dólares, en parte reservados para la renovación de las plantaciones de caña de azúcar.
En todo este contexto juega un papel muy importante la relación entre la inflación que vive el país, que podría cerrar en torno al 5,5% anual para 2012, y el esperado reajuste del precio de la nafta, que algunos analistas colocan en el 6% para el próximo año. Esta última es una decisión que el gobierno parece haber dilatado con el fin de no impactar sobre la conformación de costos de las empresas, y con el objetivo de incentivar las inversiones.
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