El programa del estado de California plantea una política que establece un tope a la cantidad de gases emitidos por fabricantes, refinerías de petróleo, centrales eléctricas y otras empresas emisoras. Estas pueden reducir sus emisiones, o adquirir derechos adicionales, o comprar créditos de proyectos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. El número de "derechos de emisión", como también son conocidos, disminuirá con el tiempo.
El empresariado estatal ha hecho sabe de su disconformidad con el programa, ya que argumentan que la obligación de comprar derechos de emisión a las empresas emisoras las hará hacia otros estados sin estas medidas.
Según algunos análisis, las limitaciones a las emisiones de dióxido de carbono pueden llegar a tener un lugar renacido en la agenda política del país, marcado por dos acontecimientos de gran envergadura en las últimas semanas. Uno, los efectos causados en la opinión pública por el huracán Sandy, tanto por sus víctimas y destrozos como por la directa relación con el cambo climático que no pocos han hecho.
El otro suceso, evidentemente, es el triunfo de Barack Obama y con él las propuestas del partido demócrata, muy sensibles a las cuestiones medioambientales. En esta legislatura que está por concluir gran parte de las intenciones en ese sentido fueron bloqueadas en la Cámara de Representantes por los diputados del partido republicano, que hicieron valer su mayoría, situación que si bien luego de las elecciones pasadas se mantiene, el claro triunfo del actual presidente, revalidando su gestión, introducirá seguramente nuevos puntos de acercamiento.
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