El proyecto propone construir el sistema en una planta de tratamiento de aguas residuales con la intención de utilizar allí mismo la energía generada e inyectar el red el posible excedente. Se plantea una inversión de 2,1 millones de dólares, destinada principalmente a la adquisición de equipos y su posterior mantenimiento.
Basado en la transformación de metano a través de digestores que descomponen la materia orgánica y generan gas como combustible para el funcionamiento de un motor, el proyecto, según informa Compesa, se inició a mediados de este año a partir de estudios en laboratorio. Se estima que en dos años el sistema ya esté funcionando.
Además de esta tecnología serán investigadas otras maneras de aprovechar los residuos producidos en supermercados, ferias, vertederos, rellenos sanitarios, restaurantes, y otros lugares donde se puede utilizar el biogás .
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