Desde el Departamento de Energía (DOE) se informa que el lunes próximo está previsto que la Luna pase entre la Tierra y el Sol, lo que bloqueará en parte o totalmente la luz solar de una gran franja del país. Este eclipse, el primero en 99 años que abarcará América del Norte, provocará oscuridad durante cerca de dos minutos en cada lugar por donde trascurra su negra estela, por lo que se prevé que la producción de las plantas fotovoltaicas ubicadas en esas zonas disminuirá drásticamente.
Precisamente eso es lo que ha estudiado el NREL en la zona que está bajo competencia del WECC, la mayor de las ocho que en hay en el país, y que de los 44 GW solares que actualmente hay instalados en Estados Unidos, 25 GW se encuentran allí, distribuidos entre unas 1.900 instalaciones comerciales (en capacidad, dos tercios de ese total) y cientos de miles de pequeño porte.
Del informe se desprende que examinando el WECC como un todo, y asumiendo el peor escenario posible, es decir, un día brillante y soleado, con los sistemas trabajando a destajo, se espera que los efectos del eclipse tengan el mayor impacto a las 10 y 30 de la mañana aproximadamente, cuando se proyecta que la producción fotovoltaica disminuya 5 GW por debajo de los niveles de generación típicos. Esto, se asegura, representa la cantidad de energía necesaria para alimentar a cerca de 1 millón de hogares. De no preverse esta contingencia, podrían crearse dificultades en partes de la red que usan energía solar para satisfacer una parte significativa de la demanda de electricidad durante el día.
Las turbinas accionadas por gas natural y las hidroeléctricas (aunque en la zona WECC existen restricciones que impedirán compensar toda la generación perdida) podrían cubrirán el hueco que dejará circunstancialmente la fotovoltaica. Se espera que el modelo analítico de NREL permita a las empresas eléctricas pasar por este eclipse sin desconectar completamente ninguna planta y maximizar la producción de electricidad solar.
Estas investigaciones que utilizan tecnologías de predicción solar están enmarcadas en el programa Iniciativa SunShot, puesta en marcha por el Departamento de Energía (DOE) en 2011 con el objetivo de que para 2020 la electricidad fotovoltaica tenga un costo competitivo respecto de la generada de manera convencional. Las tecnologías de predicción solar permiten a los operadores de la red y de las centrales solares predecir cuándo, dónde y cuánta electricidad se producirá, para así desarrollar la mejor estrategia para equilibrar la oferta y la demanda.