Según se afirma, la capacidad fotovoltaica actual es suficiente para abastecer cerca de 60.000 hogares habitados hasta cinco personas cada uno. Respecto de las inversiones, están estimadas hasta fines de este año 1.300 millones de dólares.
La estimación hecha por el sector coloca al país entre los 30 principales generadores de energía fotovoltaica en el mundo, con la expectativa de estar entre los cinco primeros hasta 2030 en potencia instalada anual.
También, según cálculos de las empresas ligadas al sector, el crecimiento de la capacidad instalada favorece la generación de empleos en toda la cadena productiva, al punto que se sostiene que por cada MW fotovoltaico instalado, se generan de 25 a 30 puestos de trabajo.
A diferencia de la situación de la economía brasileña, inmersa en una crisis importante enmarcada en el conflicto político y social, la fotovoltaica no sólo ha evitado sentir ramalazos de esa situación, sino que tiene expectativas de crecimiento, entre otras cuestiones, según afirmó el presidente de Absolar, Rodrigo Sauaia, porque es una tecnología cada vez más barata.