Los defensores del impuesto al sol sostienen que se justifica porque una posible reducción en la demanda a raíz del uso de equipos de generación solar hogareño impondría un costo mayor en los consumidores que no contarán con esos sistemas.
Básicamente, la normativa aprobada por Aresep permite la generación distribuida y la retribución por la descarga en red del excedente generado por equipos fotovoltaicos hogareños.
De este modo, se anticipa que miles de pequeñas y medianas empresas podrán invertir en energía solar con la certeza de que la generación para el uso propio no estará sujeta a ninguna tarifa. Además, pronto tendrá vigencia el llamado balance neto, que permitirá la entrega de la energía excedente a la red nacional a cambio de crédito en la factura eléctrica.
Según estimaciones, con el fallo de la Aresep, el usuario puede calcular con precisión el beneficio de la inversión en el panel fotovoltaico, al contar con la certeza de un régimen aprobado por el Estado.
En cuanto a los valores estimados de ahorro anual para el generador que consuma unos 3 mil kWh al mes, sería de entre 1,6 y 6,6 mil dólares, depende de la zona en donde se genere. En el caso de las zonas servidas por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), las dos distribuidoras más grandes, el ahorro anual para este tipo de usuario sería de 3,6 y 3,4 mil dólares, respectivamente, con el costo de la instalación solar ya incluido.