Si bien se explica que en conjunto hoy representan sólo el 2% de la producción energética latinoamericana, "en comparación con un promedio mundial del 6%", es esperable ese despegue dadas cuestiones como las condiciones naturales ("gran parte de América Latina está bien adaptada a la energía solar y eólica; las volcánicas Centroamérica y el Caribe tienen potencial geotérmico", se afirma), sumado a que "el progreso tecnológico y las economías de escala han reducido el costo de la energía verde".
Además se cita que "una vez construidas, las plantas solares son mucho más baratas que las centrales térmicas para operar", y para ello da como ejemplo la planta fotovoltaica El Romero Solar http://america.energias-renovables.com/fotovoltaica/conectada-al-sic-la-mayor-planta-fv-20161110, de 196 MW, situado en Chile en el desierto de Atacama, conectada en noviembre pasado al Sistema Interconectado Central (SIC) de ese país.
Entre otros temas también se analiza que "países como Chile, Brasil, México y recientemente Argentina han modificado sus regulaciones para fomentar la energía alternativa sin tener que ofrecer subsidios", y se menciona el objetivo de chileno "de producir el 20% de su electricidad de fuentes renovables no hidroeléctricas para 2025", mientras que "Argentina y México tienen objetivos similares".
Finalmente, se afirma que la escasez de depósitos de carbón en América Latina, "razón por la que la industrialización llegó tarde" a esa parte del mundo, sería una ventaja pues podría resultar que en el siglo XXI la región pueda "avanzar rápidamente hacia una economía post-carbono".