La prueba forma parte de un programa de combustible alternativo de la Fuerza Aérea estadounidense, que tiene el objetivo de introducirlo en sus F-15 Eagle, F-22 Raptor y C-17 Globemaster III. También es parte del Plan de la Energía 2010 de la Fuerza Aérea, que pretende conseguir para 2016 un combustible de aviación doméstica mezclado a un 50% con biocombustible.
"La Fuerza Aérea reconoce su papel como líder en la gestión de la energía", dijo el secretario adjunto de la Fuerza Aérea para las instalaciones, medio ambiente y logística, Terry Yonkers. "Esta demostración pone de relieve nuestro compromiso con el avance de las tecnologías que aumentan el uso de las energías renovables y reducen nuestro consumo de petróleo importado”.
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